Ideario

CREEMOS en la educación en todas sus manifestaciones, una educación comprometida con nuestros valores y con nuestra tradición de calidad, serena, solidaria y desde el coro como corresponde al carisma de nuestra Congregación titular. Nuestro ideal es que estos valores estén presentes a toda la tarea de la Escuela como vía de nuestra dimensión missionera.

SITUAMOS la persona en el centro del proceso educativo. Se atiende, pues, a su desarrollo total y armónico, de acuerdo con la concepción cristiana del hombre y de la vida. Apuntamos en una educación integral, que atiende todas las dimensiones de la persona: la corporal, la intelectual, la afectiva, la social, la ecológica, la lúdica, la estética y la trascendente.

DESEAMOS ser significativos en la transmisión de los valores evangélicos. La formación integral del alumnado en el Colegio incluye la formación religiosa; en vista a esto, se le proporcionan los conocimientos básicos de la doctrina católica, junto con un continuo diálogo entre la fe, la ciencia y la cultura.Pero el Colegio no es católico exclusivamente porque se imparte la asignatura de religión, sino por el estilo, el clima, las relaciones existentes entre los estamentos, el enfoque educativo y los valores propuestos.Nuestros centros no reducen su función a la mera transmisión de valores teóricos, sino que tratan, primeramente, de vivirlos en la comunidad educativa, por después convertirlos en convicciones sólidas y en hábitos muy arraigados.Por eso, consideramos imprescindible potenciar los siguientes valores:

  • El valor de la persona. Defendemos la dignidad de la persona humana, de toda persona humana, sin ninguna discriminación.
  • El valor de la libertat. No solo tenemos que defender la nuestra, sino también respetar y defender la de los otros.
  • El valor de la creación. No solo es valiosa y digna una parte de la creación que es el ser humano; toda la natura es digna y tiene que ser respetada.
  • El valor de la trascendencia. Es decir, el valor de la apertura del hombre. El hombre no es un ser recluido en su cuerpo y en los sentiments.no tiene que estar recluido en sí mismo, ni en su propia nación, ni en su mundo. Educamos para emprender el vuelo y para la altura. Si no cerramos nada al alumno, es probable que llegue hasta Dios.Así mismo tampoco cerramos las puertas a otras que no son de nuestra religión o ideología, en busca de una sana colaboración en cuestiones que afectan el bien común.
  • El valor de la opciónpara los débiles de la tierra. Son los preferidos de Jesús, a quien tenemos por Mestre.Tenemos que estimarlos a todos, empezando por los que más necesitan de nuestro amor: los débiles de la tierra, a los cuales denominamos traspasados, porque unen su pasión a la de Jesús que, a la cruz, tiene el coro Traspasado.